Las mudanzas tras un incendio

“Papá, yo no quiero mudarme, te lo pido por favor”...  esas fueron las palabras de mi hijo de 8 años tras entender que nos esperaba un nuevo hogar en un nuevo barrio. Yo tampoco quería, pero no estaba en mis manos no hacerlo, no había otra salida. Pues la casa en la que vivíamos yo y mi hijo salió ardiendo debido a una estufa en mal estado y una canguro tan friolera como irresponsable.

Resulta que aquella noche en la que yo estaba de guardia como enfermero en uno de los Hospitales más grandes de Sevilla, la chavala encargada de cuidar de mi hijo se quedó dormida con la estufa encendida con tan mala suerte que el cubre mesa estaba en contacto directo con el incandescente de la mesa camilla, por lo que todo empezó arder sin que ella apenas se diera cuenta cuando era ya demasiado tarde.

No voy a entrar en los detalles de cómo es posible que la canguro se diera cuenta de que todo empezó a arder cuando el incendio era ya inevitable… porque desgraciadamente los adolescentes toman más de una cerveza cuando salen y otros mientras trabajan. Y dudo que esa chavala vuelva a hacer lo mismo.

No voy a entrar en los detalles de cómo es posible que la canguro se diera cuenta de que todo empezó a arder cuando el incendio era ya inevitable… porque desgraciadamente los adolescentes toman más de una cerveza cuando salen y otros mientras trabajan. Y dudo que esa chavala vuelva a hacer lo mismo.

Tampoco voy a responsabilizarme de por qué no tenía en casa algún tipo de <a href=”https://extintorescontraincendios.com/”>extintor</a>, pues casi nadie tiene uno en casa (yo ahora sí).

Ya pasó, y ahora tocaba mirar hacia delante y comenzar una nueva vida en una nueva vivienda. Podéis imaginar la premura por mudarme y trasladar todas las cosas que quedaron a salvo de las llamas. No diré toda una vida, porque media cayó presa de las llamas, pero incluso media vida da para cargar cuatro furgonetas llenas de cajas de cartón.

Afortunadamente, y como padre soltero, tengo la piel dura y sé enfrentarme a algo tan simple como una mudanza, o eso creía…

Así que en un principio tiré de un amigo para empezar con la mudanza… pero sinceramente no sabía ni cómo empezar y pronto comprendí que por ahorrarme unos euros estaba perdiendo mi tiempo y el de mi preciado amigo, por lo que tuve un momento de lucidez y busqué en Google mudanzas sevilla y de todas las que encontré me quedé con la que más confianza me inspiró.

Debo confesar que jamás hubiese imaginado que una empresa de mudanzas pudiese servirme para algo más que realizar una mudanza, pues aquel equipo expertos en mudanzas tenían el talento y el acierto de saber terciar con personas que han sufrido tragedias como la mía, y fueron todo un apoyo para mí y mi hijo (en lo logístico y en lo humano).

Esto que cuento sucedió hace hoy justo 15 años, y en el transcurso de aquella mudanza pude comprender que a veces en la vida todo se destruye para dar paso a una nueva vida.